jueves, 19 de mayo de 2016

¡EXCURSION A VILLAREJO DE SALVANÉS!

Hemos comenzado visitando La Casa de la Tercia que representa uno de los ejemplos más logrados de arquitectura civil castellana. Se trata de un edificio austero de grandes dimensiones en el que prima lo funcional frente a lo ornamental, una construcción pensada para dar perfecta cobertura a su orientación administrativa y económica.

La fecha exacta de su construcción es todavía una incógnita, aunque todo indica que se debió iniciar en el momento en que Villarejo de Salvanés se convirtió en cabeza de la Encomienda Mayor de Castilla. Los recientes estudios arqueológicos efectuados en el ala este del edificio con motivo de su rehabilitación, han puesto de manifiesto la existencia de un edificio anterior a la construcción del que actualmente puede apreciarse. Se han podido identificar las cimentaciones de una estancia adosada al muro exterior de la bodega y de la que los textos del s. XVI no hablan, puesto que en ese momento la casa presenta más o menos la configuración que hoy podemos ver. Este hecho, junto con las ventanas abocinadas que se abren en los dos cuerpos principales de la Casa, hace pensar que el edificio se encontraba en pie con anterioridad a la fecha de 1554. Presidiendo la puerta principal del edificio actual, se dispone, en lo más alto, el escudo real de los Austrias y, más abajo, en ambos flancos del balcón situado sobre la puerta, se disponen dos escudos de armas de los Zúñiga-Avellaneda, lo que ha llevado a pensar que el edificio, tal y como lo conocemos, fue construido durante el periodo en que fue Comendador Juan de Zúñiga y Avellaneda, entre los años 1534 y 1545.

La Casa de la Tercia disfrutó siempre del máximo cuidado por parte de los sucesivos comendadores debido al servicio que prestaba a los intereses de estos y de la propia Encomienda. Esto hacía que, ante cualquier desperfecto o deterioro de sus instalaciones, se procediera rápidamente a su reparación o mejora. De hecho, en una fecha tan tardía como 1763, se repusieron las tinajas de la bodega, tal y como aún puede observarse en una inscripción grabada en el interior del muro este de la misma. Este hecho nos habla de que el edificio estaba en pleno uso pocas décadas antes de su desamortización y que las inversiones se seguían produciendo.

Fue rehabilitado en el año 2011 y actualmente, en su bodega, alberga un Museo Etnográfico dedicado a mostrar los procesos tradicionales de producción agroalimentaria los relacionados el cereal, la vid y el olivo, productos estos de gran importancia económica en Villarejo de Salvanés. La sala de audiovisuales cuenta con una pantalla de cristal inteligente sobre la que se proyecta un vídeo didáctico sobre el Museo y la Historia del municipio.
En la parte superior visitamos una exposición temporal de objetos de los años 80.






Posteriormente hemos visitado lo que se Conoce popularmente como "El Castillo", la Torre del Homenaje es el emblema de Villarejo de Salvanés, guiados por un bufón. Construida a partir de una antigua atalaya musulmana, tuvo la misión de servir de defensa ante los ataques árabes y, con este cometido, fue la pieza básica de control militar de la Orden de Santiago.

Su estructura cuadrangular, con ocho torreones adosados, hace que, la de Villarejo de Salvanés, sea una Torre única en su género y esté considerada una de las mejores de la Comunidad de Madrid.

Su última y gran restauranción es de 2007, cuando se convirtió en Centro de Interpretación del municipio.

En su interior se explica la historia de Villarejo de Salvanés, siempre enmarcada en la historia de España y centrada, especialmente, en la época de la reconquista cristiana: Dónde y cúando comenzó la reconquista de los reyes cristianos frente a la España árabe y cúal fue el papel de las ordenes militares en tal cometido; quiénes fueron los personajes clave y cómo decayó el régimen señorial en España. Son las pinceladas históricas que revela la Torre de Villarejo de Salvanés.

Después de conocer su significado histórico, el visitante puede alcanzar la altura máxima del Castillo, 22 metros, y contemplar Villarejo de Salvanés a vista de pájaro, sumido en esa sensación de paz que ofrecen las alturas: Un pueblo de tejados, casas bajas, estrechas calles y campo, mucho campo, esa es la visión desde la Torre, la mejor manera de comprender su razón de ser.